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• Continuidad de atención. El médico general tiene la responsabilidad de ofrecer una atención integral al paciente. Esto hace que tenga un total conocimiento del historial médico y clínico del paciente, lo que le permite también colaborar con otros médicos más especialistas en la detección y tratamiento de una enfermedad más compleja.

• Manejo de medicamentos. Un médico de atención general tiene un mayor control sobre todos los medicamentos que está tomando el paciente, pudiendo suministrarle el más idóneo para curar una determinada enfermedad.

• Ahorro de tiempo. Cuando uno acude al médico general, independientemente de cual sea la enfermedad, este tiene la capacidad de tratar la patología y recetar medicamentos, para aquellos casos sencillos en los que no se necesite recurrir a un especialista. Además, como conoce mejor el historial del paciente le es más fácil y rápido poder diagnosticar la enfermedad.

• Prevención. Una de las ventajas más destacadas de contar y acudir a un médico de atención primaria es la posibilidad de descubrir los signos de la enfermedad cuando esta apenas se está desarrollando. Por ese motivo, los médicos generales suelen recomendar a los pacientes realizarse reconocimientos médicos de forma rutinaria ya que en muchas enfermedades no se es totalmente consciente de los síntomas y son difíciles de detectar por el propio paciente.

• Amplia gama de enfermedades. Con un médico general se pueden tratar y discutir distintos problemas de salud que abarcan distintas áreas de la medicina. Los médicos de atención primaria se convierten en el primer contacto con el sistema sanitario cuando se detecta una alteración o problema en la salud. De hecho, el médico puede derivar el caso a un especialista para que trate de forma concreta una determinada patología.

• Confianza con el médico. A diferencia de otros médicos, dado que con el médico general tienes un mayor número de comunicaciones, se acaba estableciendo una relación de confianza. Esto fomenta una mayor comprensión por parte del médico de las condiciones sanitarias en las que se encuentra el paciente, garantizando una mejor toma de decisiones respecto al tratamiento médico que se debe llevar a cabo.